No trataré en esta carta sobre el mal de las vacas locas, pero sí sobre un fenómeno muy parecido e igualmente preocupante: las universidades locas.
Los expertos achacan la encefalopatía espongiforme de las reses a que generación tras generación han sido alimentadas con piensos adulterados y con carne de animales de su misma especie. Esta práctica antinatural ha dañado sus neuronas y han desarrollado esta enfermedad, que además las ha vuelto en no aptas para consumo humano,
Muchas universidades públicas en Catalunya están desarrollando patologías y sintomatologías similares por la endogamia departamental, el amiguismo, la incompetencia, el acomodamiento y los egos retorcidos. La universidad se está convirtiendo en un ente en el que se premia la mediocridad y el “seguidazgo”.
La universidad se está convirtiendo en un ente en el que se premia la mediocridad y el “seguidazgo”.
Rescatando el símil vacuno, estamos ante una serie de “vacas sagradas” que se aprovechan de su condición y su poder para perpetuar un sistema viciado. Aunque lo más grave es que los profesores mediocres están alimentando las mentes de los estudiantes con contenidos e ideas que a su vez aprendieron de profesores mediocres, citadores de autores, desactualizados y sin discurso ni experiencia propia. Una muerte lenta pero segura.
¿Tratamiento? Pese a no ser médico ni profesor, el que escribe ha oído hablar del Informe Bricall, que si bien no erradicaría todos los males aliviaría bastante la situación. Desgraciadamente la locura lleva a la enajenación mental y a no atender a razones.
Carta al director publicada en:
- Barcelona y más, 23/02/2001
- La Vanguardia, 01/03/2001